el duelo por la pérdida de un ser querido
- yolanda forcelledo
- 25 sept
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 30 sept
Cuando sufrimos la pérdida de un ser querido, sea a consecuencia de una muerte o una separación, nos enfrentamos a lo que llamamos Duelo. Es un proceso necesario de reorganización interna a nivel emocional, conductual y de pensamiento que tiene como tarea principal encajar el dolor y ajustar nuestro organismo de nuevo a la vida una vez ese vínculo emocional se ha roto.

Está muy claro que cada persona en proceso de duelo, expresará su dolor y afrontará la pérdida de forma distinta. Puede necesitarse llorar, esconderse, gritar, estar enfadado, no desear hablar del tema o que uno no pueda quitárselo de la cabeza; puede sentirse rabia, dolor, apatía, culpa y mucho más, durante mucho tiempo. Por ello, es muy importante ayudarnos a nosotros mismos a afrontar dicha situación de pérdida y contar el mayor apoyo necesario para continuar adelante. Describiremos aquí algunas de las respuestas más comunes que suelen darse según su tipología:
Somático-Sensoriales: agitación, sudoración, ansiedad, temblor o bien anestesia, quietud.
Emocionales: enfado, rabia, ira, tristeza y aflicción, sentirse culpable o buscar un culpable.
Cognitivas: racionalizar lo sucedido, rumiar obsesivamente lo sucedido, sublimar la experiencia, idealizar a la persona perdida.
Conductuales: mantenerse ocupado a todas horas, ir deprisa, realizar actividades de riesgos, desarrollar adicciones, compulsiones…
Es saludable que éstas emerjan para ayudar en la adaptación a la nueva situación. Los síntomas por ejemplo el llanto no restauran el vínculo pero ayudan a la integración en el sistema nervioso, lo mantienen activado para el adecuado procesamiento de la experiencia. De nada sirven los mentalízate, esfuérzate, piensa en otra cosa, retrasan el proceso, sirven de obstáculo y encima la persona puede llegar a sentirse más culpable. Cierto grado de sufrimiento que no sea intolerable es necesario para que el procesamiento avance.
Así mismo, las respuestas de afrontamiento son maniobras que utilizamos para dar sentido a la separación o pérdida, a la necesidad de contacto no satisfecha en definitiva. Con ellas nuestro cerebro trata de asimilar o integrar dicha pérdida mitigando el dolor causado en la medida de lo posible.
La persona puede decidir emprender una búsqueda o recuperación del ser querido (respuesta de afrontamiento conductual-interno de restaurar el vínculo). Entonces es fácil que la persona se enfade o llore intensamente, ya que es casi instintiva en todos nosotros, dado que se aprende de manera muy precoz, esa llamada de atención a la hora de restaurar el contacto con los seres queridos o figuras de apego.
La persona puede optar por desviar la atención y distraerse en otros temas (respuesta de afrontamiento conductual-inhibición del input). Pueden abstraerse en el trabajo, en el deporte, en alguna adicción, para no conectar tan directamente con el dolor de la pérdida.
La persona a veces niega la necesidad o la minimiza diciéndose a sí mismo que no necesita nada o que no hay tanto peligro (respuesta de afrontamiento cognitiva-asignación distorsionada). Es una manera de atenuar el sufrimiento.
Otorga un significado a la experiencia decidiendo que ha sucedido de esa manera porque… (respuesta de afrontamiento cognitiva-cambio de esquema). Dar sentido a la experiencia de separación, a la necesidad de contacto no satisfecha y asimilarla o integrarla.
Pero el sufrimiento es inevitable. Aquí señalaremos que cierta activación emocional en este sentido es lo que nos permite avanzar e ir recorriendo el camino de adaptación emocional en el que el duelo consiste. Estas estrategias de afrontamiento descritas se ponen en marcha para evitar una escalada de sufrimiento tal que nos resulte difícilmente soportable, pero éste, tarde o temprano aparece con la suficiente potencia como para darnos de cara con la realidad. Y así, poder hacer los ajustes necesarios. Nuevos esquemas, creencias, valores o conclusiones sobre uno mismo deben emerger de forma natural y como consecuencia del proceso interno de significación emocional y cognitiva dado a una pérdida. Podemos así entender el proceso de duelo como proceso que se desarrolla y evoluciona en el tiempo como una experiencia de aprendizaje, donde finalmente, lo que sucede es un cambio en la identidad de la persona afectada por la pérdida.
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